viernes, 2 de septiembre de 2011

Mi hija tiene una catarata



A finales de julio fuimos al oculista con mi hija de dos años y 9 meses. El motivo era una revisión rutinaria para descartar problemas por un ligero estrabismo que le veníamos apreciando. Lo cierto es que se nos pasó una cita por el mismo motivo en abril, pero no le dimos mucha importancia. Esa mañana la oftalmóloga, la doctora Pérez Leirós, nos dejó helados. "Su hija tiene una catarata en ese ojo y apenas ve por el, deben operarlo cuanto antes porque la visión de un niño se desarrolla en sus primero 8 años, pero los 3 primeros son muy importantes".

Una vez pasada la incredulidad, las preguntas se agolparon. ¿Desde cuando? ¿Cómo no ve? si es ágil, coordinada, alegre, feliz. ¿Cómo la ha adquirido?¿Quién trata esto?

Las preguntas eran muchas. Pero pocas respuestas. No saben bien el origen. Podría ser un golpe, genética (1 a 4 de cada 10.000) casos, fruto de los corticoides tomados este año por una alergia y una conjuntivitis... No se puede saber ni se sabrá. Aún así tenemos suerte, dos de cada tres casos son bilaterales, en ambos ojos, cosa que complicaría más su visión.

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